martes, 31 de marzo de 2015

Primavera perdida

Rosa canela azucarada con limón,
en el ayer volviste y me guiñaste al escuchar mi melodía.
Estas trabajando mucho y has cambiado de referencia social,
perdiste humanidad y deseo
pero incluso así te preocupas por mí.
Hablas sin fin y repites las mismas preguntas que me unieron a ti,
no te acuerdas de mi cumpleaños
pero no dejas de pensar en lo sucedido, en mí.
Te comprarás coche de último modelo y yo lloraré de pena al verte vender tu alma en esta empresa que te lava y seca sin monedas.
No te juzgo pero no me gusta en la persona que te convertiste.
Pan y chocolate de merienda en nuestro valle mientras tu aleteabas los brazos hablando de cambiar el mundo.
Deja huella y organiza baile de despedida,
palabras pasadas con arroz y vino.
¿Cómo te ha ido?
Frontera arenosa que invade con ideales para no desaparecer.

Yo vuelvo al mañana para vender trozo de valor envuelto en utopía que me permite seguir escribiéndote en tu agujero de vanidoso con sonrisa juguetona.

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