Momentos en los que te planteas recorridos inaccesibles que hacen hablar
cuando quieres llorar.
Esta oscuridad que entra en cascada dentro de ti y hace explotar tus
miedos.
Dudas y miedos envuelven mi corazón que grita y entona una prosa.
Esta prosa que te cantaba en el oído cuando me pedías que te quisiera.
Caminos que se bifurcan e inquietan las hojas que se enlazan en los
pensamientos nerviosos y aventureros de tu infancia.
Esperar, desesperar, escribir y poner en la hoguera todas las dudas.
Para de chillar, párate ya sé que estoy echa un desastre y necesito ordenar
mis papeles.
Quiero aprovechar esta fogosidad para elevar mi espíritu que vuela detrás
tuyo e ilumina tus huellas.
No hay establecido nada aceptado para que no sufras.
Puedes morir pensando en vivir construyendo esta pared que cada vez apaga
más campos cultivados.
Necesito escribir, no deliro ni empujo las locuras que me pasan por el
lado, simplemente déjame sola.
Olvida que te he podido querer, abrázame muy fuerte que exploten mis
pulmones de felicidad.
Cuantos segundos tiemblan cuando se escapan entre los dedos.
Claros que envuelven la melodía que evade el mal.
Corramos lejos, muy lejos dónde el dolor no nos roce y esquivemos el más
temido de los finales.