lunes, 28 de septiembre de 2015

Reamar me


Desgarras con tu voz y actitud,
Esa que me echa 
atrás y me atrapa con intensidad.
No destierro mis sonrisas y perpetuo esas canciones que me hacen olvidar todo lo que 
oscurece lo bonito de las cosas.
Cuando entonas 
melodía que estremece labios y me hace mover y aletear todo lo que puedo para vivir felicidad.
Cierra los ojos , nada te rodea ,quedate con los momentos dulces y con lo mejor de mi.
No hay nada mas que esto, no hay nada mas que nosotros incluso de un tú
 y yo.
Copa y baile, 
Reír hasta llorar y acostarme contigo.
Maravilloso atardecer que quema mis ojos con destellos de recuerdos tiernos como 
efímeros que abrazan y calientan mis pasos.
Todo lo que tu quieras se acepta con guiño 
cómplice que me guía en mi latitud.
Reamar lo que amé ,
Gemidos y abrazos que tiñen de color el gris de la ciudad.
Suelta cadenas, quita zapatos y empeña todo lo que queda de ti,
Despréndete de todo lo que quieras, 
me apetece que me apetezcas , que te apetezca,
decir 
tonterías sin sentido, mirarnos, reír

y sobretodo ser muy el uno con el otro.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Más de mi, más de nada.

La soledad compartida es la más temida, la más llorada.
Inevitable final de naturaleza salvaje y abandonada que corre de puntillas para no levantar sospechas.
Tras miradas desconsoladas y absurdas que esperan beso de buenas noches y verso que tranquilice sus noches,
palabras, solo palabras que acompañan mi vivir,
esas que salen del corazón en boca y veneno.
Abril que enmudece entre sonrisa y sonrisa de expectación al dejar de fingir que eres alguien.
Al dejar de fingir que tienes algo claro, al dejar de fingir que estas bien entre tu aliento y el mío.
El tiempo que no sacas ni aparece en tu reloj, me perturba y me hiere.
No lamentas puño y espada imaginándote lo que no me diste,
echo al fuego toda mi inocencia y confianza que en la lejanía fueron mías y no valoré.
Nada importa, todo pesa y pasa a segundo plano,
Lo que me hizo más fuerte, inmune y asquerosamente frágil,
puedo odiar todo lo recibido con una llamada en espera.
Lo estúpido que se ve desde fuera, latiendo en voz alta y alcanzando sonrisas de felicidad.