Todo pasa inerte en este rincón,
metas incumplidas y caminos inciertos,
carencias y defectos estipulados para crecer detrás de barra
y luego lloras, en silencio, por no hacer nada que tome sentido.
Huir no es la solución, pero es fácil.
Utilizar los mismos verbos reiteradamente y no poner nombre a nada
que quiero.
Volví a caer, espiral eterno de dudas y fracasos que cubre la
nitidez de las palabras.
No cubro mi sentir con bombas de humo, ni me consumo con
incertidumbres que cuelgan diferencias de tiempo.
Toque de queda que ahoga mis proyectos con fuego, ahorcando todas
las pocas ilusiones que permanecen a flor de piel.
Foco oscuro, sudor y lágrimas que apalean felicidad y corazón
latente.
No quieras entrar aquí, conmigo nada es fácil, no soy fácil.
No quieras entrar aquí, conmigo nada es fácil, no soy fácil.
No quiero darte esta parte de mí, al enseñar mi verdadero yo, soy
consciente de mi desequilibrio, soy tan frágil que rompo esquemas con
miedo a perderme otra vez.
Si no muestro mis secretos los puedo moldear a mi gusto, volar y
ascender bifurcando caminos con todos mis yo.
Reencontrarme mil veces y mil veces más huir por todo lo que
carezco y anhelo.
Gota a gota, mirada penetrante, brisa traicionera y cigarro en
mano pone palabras a todo lo no dicho.
Por qué iniciaste este viaje si ahora persigues todo lo retratado
en pantalla con complicidad.
Favores a chorro que me hacen odiar a todo lo que me rodea y
vuelvo a reiniciar campaña a favor con promesas echadas al aire.
Simplificando los pecados de mis labios y los gritos de mi corazón,
huyo por todo lo plantado con base de
maltrato y sonrisas, que torturan la convivencia con todo círculo y
me roban sinceridad y afecto para volver la mirada al frente y dejar todo lo
que no necesito.
