miércoles, 14 de enero de 2015

Martes 13

Toda controversia lleva al fin,
Lo más esencial de tu personalidad es lo que me permite desahogar todo lo que me oprime y echar de menos cuando me apoyas.
Las cosas sencillas son las que crean la vida y te dan lo que necesitas.
Tenerte a mi lado, teneros a mi lado. Porque engañarme yo también quiero que me quiera, que me quieras.
Te necesito. Aquí a mi lado, con todos mis defectos, con mis incoherencias. Quiero que estés aquí más que nunca.
Quiero saber que serás mi pilar,
este pilar que se hunde y que necesito más que nunca cuando no puedo más.
La pluma tan frágil siempre cae al suelo pero solo necesita una pequeña brisa para alzar vuelo otra vez.
Quiero que me entiendas, o no, ni siquiera sé si puedes, pero quiero que me aceptes, que me quieras tal y como soy.
Me siento vacía, rota, confundida y perdida. No entiendo cómo me pierdo caminando en la misma dirección una y otra vez.
No se puede tocar las estrellas si no disfrutas del camino, no hay nada místico en lo que pienso.
No puedo descender con este miedo, este odio que me arde en mi más ínfimo ser.
Siempre rechazo tus abrazos, no los merezco, no los entiendo.
Admiro tanto tu condición de amarme que no se ni como servirte el mismo trago, no soy buena en eso. Nunca lo he sido. Mi cabeza gira más deprisa de lo que mi corazón te ama.
Cuida de mí, necesito que respondas a mi llamada de desesperación incluso cuando te lo digo con una mirada de complicidad o una simple sonrisa con labios cortados.
Me tienes, me voy, el miedo es más fuerte que cualquier deseo.
No sé por qué te digo esto ahora, no sé por qué me enfado, ni por qué te doy la espalda cuando solo me quieres endulzar con tus palabras.
Tienes razón, tienes razón en todo. Lo sé y tú lo sabes. No hace falta que te lo diga. Tus palabras hacen perder sentido a mi identidad y a mi discurso.
Quiero dormir rodeada por tus brazos con tu aliento en mi nuca que me susurra que estas aquí y estarás conmigo para siempre.
Mi corazón y mi alma se sienten golpeados y abandonados reiteradamente, tanto que ya ni sé cuándo late con sinceridad.
Protégeme cuando algo suceda, cuando el olor de las flores se disipe en una lágrima de este árbol que cultivé y me da a espalda.


No hay comentarios:

Publicar un comentario