Te acuerdas de
aquellos sueños que tenias entre medias
sonrisas,
Esas mariposas que corrían
por tu cuerpo y por el mío,
Esos miedos dejados de
lado con promesas soldadas con un brindis.
Todo lo bonito de las
cosas y
ese arriesgar sin
temor a ser herido.
Pues sigue mas vivo
que nunca,
en cada aliento, cada beso, cada paso,
en esa mirada escurridiza y ese querer cagarla una y otra
vez.
Porque en el resquemor
de lo inevitable lo único que nos despierta es la fragilidad de ese latir puro e
imprevisible.
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